La plata cada día es más trendy y hay mucha más variedad de diseños, precios, puntos de venta.
Sin embargo, es importante recordar que es un metal de mucho valor, que no por estar de moda, se vuelve perecedero como muchas cosas que entran en tendencia.
Cuando compras plata, ESTÁS HACIENDO UNA INVERSIÓN ¡no lo dudes!
Así que además de comprar algo que te guste y te sirva, haz una compra inteligente. Para ello, te dejo aquí las cosas que debes considerar cuando adquieras una pieza de joyería en plata.
SIEMPRE revisa que tenga la marca .925 (significa que tiene 925 gr de plata y 75 de cobre). Puedes encontrar .950 y hasta .999. Si no ves la marca o ves menos numeración, olvídalo, eso NO es plata.
La plata no siempre brilla. Puede tener acabado mate, oxidado, martillado. Así que no te dejes llevar por eso, mejor fíjate en el peso (debe pesar algo lógico…si se siente como papel dudo mucho que sea plata) y otro tip interesante es que es un metal más frío que otros.
Trata de comprar en lugares establecidos. No tengo nada en contra de los tianguis como el famoso “sabatino” de Taxco, pero en estos lugares debes tener MUCHO más cuidado porque además de que te pueden vender alpaca en lugar de plata, muchas de las cosas ya nisiquiera son mexicanas…así como lo lees, los chinos hasta joyería en plata producen masivamente.
Lleva un imán contigo. En uno de nuestros videos te mostré que un imán es una prueba simple e inmediata para saber si es plata o no. Los imanes NO atraen la plata.
Porfavor NO regatees sin conocimiento. Antes de irte de compras, investiga en internet el precio del kilo de plata del día. Por ejemplo, si el kilo está en $9,000 pesos, el gramo estaría en $9 pesos. Pide en el negocio que te pesen la pieza, si pesa 100 gr, solamente de material serían $900 pesos, considera todos los gastos que implican tener la pieza ahi, la mano de obra del artesano, los gastos fijos del negocio al que vayas, etc, así que un precio justo sería aprox. 4 ó 5 veces el precio del material; esto en lugares establecidos y sin ser piezas de diseñador. Las marcas, ¡son otra historia!
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